Te echo tanto de menos, tanto de menos... ¿Te acuerdas de esas tardes de risas? ¿De esos juegos que tanto nos gustaban? Que no te creas que hoy es el único día en el que me estoy acordando de ti, que lo hago cada día, cada noche, cada momento... Que junto a ti creo que he pasado los mejores momentos de mi vida. Tanto es así que me encantaría volver a verte, aunque sea un sólo día. Pero no, no quiero llorar, eso no forma parte de nuestro trato ¿no? Sólo quería recordarte lo importante que has sido en mi vida.
Cuando veo a todos aquellos que disfrutan de ti... una nostalgia invade mi cuerpo. Mas no quiero ser egoísta ¡que disfruten! Total, tu siempre has sido como un ave que vuela libre por nuestras vidas, y que cuando menos te lo esperas, te vas.
No se como todavía no te han nombrado la octava maravilla del mundo, aunque te tengo que confesar que la música y tú estáis casi empatadas... ¡Pero no te pongas celosa! Todos sabemos que no hay nadie como tú, nadie... querida infancia.
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