Querida escritora frustrada que habita en mi interior, sólo quería que supieras que no me gusta nada el sentimiento que provocas en mí. Que no hay derecho a que me hagas pasar día y noche envidiando a todos esos escritores con tanta imaginación, envidia sana. Sólo quiero que salgas, salgas y te quedes fuera para siempre. Que plasmes en una hoja de papel todos esos sentimientos que siempre guardas en tu interior. Que no creo que lo tuyo sea falta de inspiración, sino simplemente que tienes miedo a mostrar al mundo todo lo que vales.
Por eso te animo a que salgas. Que no estarás sola, que yo estaré contigo. Porque al fin y al cabo, me temo que somos la misma persona...
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