¿Que sería de
nosotros sin esos pequeños placeres que nos da la vida?

Un
abrazo en los momentos de bajón, encender la radio justo en el momento que
están poniendo tu canción favorita, reirse sin motivo alguno, una taza de
chocolate caliente en esas tardes de invierno, mirar el amanecer, una sonrisa
de repente en un bar, esas excusas que nos sirven para brindar, una llamada
inesperada de esa persona tan especial...
Tantas
cosas, tantos momentos... pequeños momentos, grandes placeres...
Reirte
de tal manera que te acabe doliendo la mandíbula, no encontrarte cola en el
supermercado, respirar aire fresco, despertarte y darte cuenta que aún quedan
unas horas para levantarte, un piropo, caer rendido en la cama después de un
día intenso, una película que consiga hacernos llorar, una ducha refrescante,
esas siestas los días de verano, soltar en una carcajada todo el aire y después
respirar...

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